El príncipe Alexius de Hellenica haría cualquier cosa para ayudar a su hija de cuatro años a aprender a hablar. Por eso, aquel hombre tan reservado se encontró abriéndose a la burbujeante logopeda infantil Dottie Richards. Dottie era como un soplo de aire fresco en palacio y la pequeña Zoe parecía florecer con ella… ¡al igual que la atracción que Alex sentía por su nueva empleada!
Detrás de las alegres sonrisas, Dottie protegía a toda costa su propio corazón, pero nunca había estado tan en peligro como con aquel sereno príncipe de ojos oscuros y misteriosos.